Son los calefactores más versátiles ya que se utilizan para transferir calor por radiación en aire y otros gases, por inmersión en líquidos y por conducción en ranuras o perforaciones.
El elemento resistivo es una bobina de alambre de níquel-cromo
El forro exterior es un tubo metálico
El aislamiento eléctrico entre la bobina y el tubo es polvo de óxido de magnesio de alta pureza, compactado a máxima dureza para obtener la mejor transferencia de calor (esta es una cualidad especial ya que generalmente los aislantes eléctricos son también aislantes térmicos)
Terminales de tornillo para la conexión eléctrica con aisladores de cerámica
Los forros metálicos exteriores pueden ser acero inoxidable 304 y 316L, incoloy 800 y 840, inconel 600, acero, cobre y cuarzo.
Los diámetros exteriores más utilizados son, en milímetros: 6.4, 6.8, 8.1, 11.1 y 13.8.
Se pueden doblar en U, W, S, circular, espiral y otras formas requeridas.
La temperatura máxima del forro puede llegar hasta 650º C en acero inoxidable y hasta 800º C en incoloy.
Las aplicaciones más frecuentes incluyen:
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Lámparas de radiación
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Hornos
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Inmersión en líquidos
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Moldes y otras masas metálicas
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Flujos de aire forzado
Los llamados minitubulares o microtubulares para boquillas o torpedos son de sección transversal menor, siendo los más usuales de 3.3 x 3.3 y 2.2 x 4.2 milímetros y longitudes de 300 a 2000 milímetros.
Los tubulares superflexibles se utilizan en los moldes de colada en caliente. Su construcción especialmente flexible permite su fácil instalación en las múltiples curvas de los moldes por el usuario.
Los tubulares con forro de cuarzo permiten la transferencia casi instantánea del calor por radiación y su aplicación es ventajosa en procesos intermitentes de ciclos muy cortos. Son quebradizos y no se pueden doblar.