La vida útil de una resistencia eléctrica depende fundamentalmente de su temperatura de operación. Aunque los demás parámetros sean iguales, la temperatura de la resistencia es una función de su densidad superficial, que se expresa en w/cm2 y se obtiene dividiendo la potencia eléctrica entre la superficie total del alambre o cinta que forman el elemento resistivo. Mientras mayor sea la superficie menor será la densidad y, por consiguiente, la temperatura de la resistencia será menor a la vez que su vida útil será más larga.

En ENSA utilizamos procedimientos únicos, desarrollados por nuestros ingenieros, para asegurar la mínima densidad superficial posible del alambre o cinta dentro de los demás parámetros fijos, como watts, volts y dimensiones. Por ejemplo, dadas las especificaciones de un elemento tubular, de 11.1 mm de diámetro y 1000 mm de longitud caliente, con potencia de 1000 W a 220 V, 20, nuestro algoritmo propio computarizado indica el alambre de mayor diámetro posible a utilizar, lo que es equivalente a la menor densidad superficial posible y por consiguiente, a su más larga duración.

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